«Varkur, sé bueno y ve al pozo a por agua, tu madre la necesita para hacer la comida.»
Varkur cogió el cubo y corrió hacia el pozo. Pero a mitad de camino cambió de opinión. Extendió los brazos y canturreó una melodía. El cubo, de repente, estaba lleno de agua. Volvió y le dio a su madre lo que le había pedido. Varkur vivía en Hadria, la tierra de la magia y la hechicería. Era un chico extraño, con grandes habilidades mágicas. En la gente de Hadria la magia se perpetuaba de generación en generación De vez en cuando nacía alguien con talentos aún más inusuales y Varkur era uno de éstos. Parecía que él reunía las habilidades de muchos magos y que éstas eran mucho más poderosas y variadas que lo que era habitual en otros magos del país. No fue hasta mucho más adelante que Varkur se dio cuenta de los dones que había recibido y esto fue una bendición para Hadria, porque cuando así fue ya hacía tiempo que había abandonado el lugar donde nació y creció. Utilizó sus habilidades para satisfacer sus deseos de poder y riqueza. Esta decisión provocó que fuera imposible para él regresar a su hogar.
Autor: Stefanie Schmitt