Chada, la arquera del Bosque Vigilante
Chada era una de los guardianes del Árbol de las Canciones. Los guardianes vivían en el Bosque Vigilante y su labor era registrar y guardar las crónicas de Andor en el Árbol de las Canciones. Chada nació durante un gélido invierno. Durante semanas su gente estuvo muriendo de hambre. La madre de Chada intentó cuidar de sus hijos pero sus fuerzas se iban desvaneciendo a cada día que pasaba. Cuando llegó el momento su madre ya no tenía la fuerza para amamantar a su bebé. Murió pocos días después de que Chada hubiera visto la luz del mundo. Chada había sido bendecida, así lo decían los mayores, porque había sobrevivido a un invierno muy duro. Muchos habían perdido sus vidas a consecuencia del hambre y del frío. Pero llegó la primavera y con ella también volvieron la esperanza y el optimismo al pueblo. Desde muy pequeña Chada aprendió el arte de la caza. En su pueblo lo habitual era matar a los animales del bosque no con un cuchillo sino únicamente con la flecha de un arco. Sólo de esta forma se podía considerar un acto sagrado, lo que permitía alimentarse del animal. Con tan sólo nueve años fue de caza por primera vez. Con su ayuda su pueblo pudo sobrevivir a los inviernos especialmente fríos de los años siguientes. Chada no tardó en usar su arco no sólo para la caza, sino también en el combate contra las malvadas criaturas.
Eara, la maga
Era creció en Hadria. Hadria era una tierra de magia y hechicería. Limitaba directamente con el mar de Hadria. En su pueblo la magia se perpetuaba de generación en generación. Algunos tenían menos habilidades mágicas y otras más. Pero en el caso de Eara sus habilidades mágicas eran especialmente fuertes. Era aún muy pequeña cuando su madre se dio cuenta de ello por primera vez. Eara estaba sentada en la hierba y jugaba con la pluma de un pájaro. La pluma ascendió por el aire, voló y volvió a sus manos. Eara tenía que extender mucho sus brazos para atrapar la pluma y deslizarla de nuevo a sus manos. Llegó un momento en que la pluma se había alejado tanto de sus pequeñas manos que parecía imposible volverla a atrapar. Pero Eara lo consiguió. Su fuerza de voluntad obligó a la pluma a regresar a sus manos. Hubo más ocasiones en las que se pudo ver claramente las habilidades de Eara. No sólo podía influir sobre su propia fuerza de voluntad sino también sobre la de los demás. Muchos buscaban la compañía de Eara porque gracias a ella podían superarse a sí mismos. Como todos los grandes magos también Eara fue enviada en un viaje con el objetivo de probar sus habilidades. ¡Y ese viaje la llevó hasta Andor!
Kram, el enano
Kram es el hijo de Drack, que había huido con Brandur cruzando las Montañas Grises hasta Andor. Drack había participado en el combate contra el dragón y le había contado la historia muchas veces a su hijo. Para Kram, su padre era un héroe. El valor y el coraje determinaban la vida de Kram. La madre de Kram era una mujer enana de los enanos escudo de Cavern. Ella se fijó en Drack cuando el grupo de fugitivos de Brandur pasaban por la torre abandonada. Le observaba y pensaba que ese enano sería un buen partido, así que se unió al grupo. Muy pronto, después de su llegada a Andor, formaron una familia. Kram fue su séptimo hijo y creció hasta convertirse en un valiente enano que siempre estaba trabajando sin descanso y que, en el combate, era intrépido y valiente. Kram era uno de los descendientes de los linajes de los enanos escudos y de los siervos fugitivos. Esto le otorgaba una posición especial pero no todos los enanos escudo lo veían con buenos ojos. Algunos creían que no pertenecía a ellos porque su padre había sido un siervo. Otros lo envidiaban por su historia. Pero a algunos les gustaba especialmente porque tenía la habilidad de mantener la calma incluso en momentos de gran furia. Un don muy raro y escaso entre los enanos.
Thorn, el guerrero
Nacido como el hijo de un campesino, Thorn creció en el extremo sur de Andor. Ya desde pequeño era difícil contradecir su voluntad. Nunca pudo resistirse a retar a todos. Su padre tuvo mucho trabajo intentando enseñarle los rudimentos de la agricultura. Thorn siempre ha sido terco y tozudo, pero también sincero y consecuente. Nunca se dejó influir para mentir o engañar. Su madre era una mujer muy sensible que pese a su nivel social sabía leer y escribir. Gracias a esto gozaba de una posición especial en el pueblo. Thorn aprendió el arte del combate con espada de un antiguo compañero del rey. Éste se había establecido cerca del pueblo para pasar sus últimos días en paz y tranquilidad. Thorn estaba en el campo que tenía que arar, tal como le había encomendado su padre. Pero su atención estaba en otra parte, tomaba la azada y la empuñaba sobre su cabeza de la misma forma que si fuera a atacar a alguien con ella. El viejo compañero del rey observaba al chico y estaba sorprendido por sus movimientos elegantes y certeros. Parecía como si el chico supiera por instinto lo que se debe hacer durante un combate. Y eso fue una bendición, porque poco tiempo después la guerra de los trolls también amenazó el sur de Andor y Thorn, con sus 14 años recién cumplidos, pudo depender la granja de su familia.
Autor: Stefanie Schmitt